En esta etapa el adolescente vive una crisis que lo enfrenta a elegir de manera urgente, para ello tiene que poner en marcha ciertos mecanismos, sin embargo, cuando estos son insuficientes el suicidio o el interno de suicidio constituyen las manifestaciones dramáticas del fracaso del adolescente al enfrentarse a este nuevo mundo.
Las etapas previas al suicidio son: la ideación suicida que incluye pensamientos de querer matarse, planes sobre las circunstancias y pensamientos sobre el posible impacto del suicidio en los demás; pensamientos de falta de valor o deseos de muerte y por último intentos suicidas en los cuales no necesariamente se busca la muerte.
Los factores de riesgo pueden ser individuales, familiares o sociales.
Individuales: antecedentes de tentativas de suicidio previas, enfermedades psiquiátricas como algunos tipos de depresión y factores biológicos.
Familiares: existencia de trastornos psicopatológicos en los padres, antecedentes de tentativa de suicidio en los padres, maltrato y/o abuso sexual.
Sociales: factores escolares, dificultades en sus relaciones sociales, nuevas exigencias de su entorno e influencia de los medios de comunicación.
La información anterior nos ayuda a saber detectar cuando un adolescente se encuentra en riesgo de suicidarse para brindarle apoyo oportuno y especializado; ya que debe encontrar las herramientas que se necesita para fortalecer su autoestima y ampliar su perspectiva de vida futura, encontrando un sentido y valor como ser humano integrante de una sociedad que le otorga derechos y oportunidades de crecimiento personal.