Es importante resaltar que el responsable de la violencia es quien la lleva a cabo y nunca de quien la recibe. Hay que terminar con las frases “yo lo provoqué”, “es que sufrió mucho y por eso es así”, “me ama y por eso lo hace” o “va a cambiar, me lo prometió”. Ninguna violencia es pequeña ni justificable.
La violencia tiende a empezar de manera leve, incluso sutil y poco a poco ir aumentando en su frecuencia e intensidad. Puede disminuir, pero no desaparecer, a esto se le conoce como el círculo de la violencia. Este ciclo se caracteriza por un aumento de violencia psicológica, negligencia u omisión y actuar agresivo de la persona, después pueden presentarse agresiones, físicas, psicológica, sexuales, etc. y finalmente llega el arrepentimiento y la persona pide perdón, promete no volver a hacer y puede utilizar regalos para convencer a la otra persona que ya cambió. Este ciclo cada vez es más frecuente, intenso y peligroso.
Quienes han vivido violencia pueden sentir culpa, miedo, rechazo y durante los episodios violentos, el individuo puede aislarse y pierde contacto con familiares y amigos. La única responsabilidad que tiene la persona quien he vivido violencia es su propio cuidado y qué puede hacer para salir de esa situación.
Si has identificado actitudes y conductas en tus relaciones personales que puedan indicar que vives violencia acércate con un profesional que te brinde la atención adecuada para los efectos de la violencia, apoyo emocional y te orientará en los cambios que quieras hacer y objetivos nuevos en tú vida.