El Día Internacional de la Acción contra el Sida se conmemora el 1 de diciembre de cada año. Esta pandemia ha matado a más de 25 millones de personas en todo el planeta, lo que la hace una de las epidemias más destructivas registradas en la historia. En México aproximadamente 200 mil personas viven con esta infección.
Las personas con un tratamiento antiretroviral adecuado pueden llegar a tener una calidad y esperanza de vida igual que a la previa a la infección. Es por ello importante que exista una detección temprana y un tratamiento adecuado.
Si tu, o alguno de tus familiares vive con diagnóstico seropositivo, es recomendable que acudas a terapia psicológica, ya que al enterarse de un diagnóstico de este tipo, se presenta un periodo difícil, de confusión y tristeza, que de no ser tratada dificultará notablemente la adaptación a vivir con esta infección. Por lo tanto, es importante, que acudas a un tratamiento médico con un infectólogo y también con un psicoterapeuta que cuente con experiencia de trabajo con personas VIH positivo.
Si tienes este diagnóstico, existen una serie de mitos sociales que pueden llevarte a desarrollar diferentes emociones como temor, culpa, enojo, negación e incluso rechazo de ti mismo. Estas emociones son normales al inicio, sin embargo, es importante que acudas a terapia, para que estas creencias no te limiten, puedas lograr un buen apego al tratamiento antirretroviral y continúes con tu proyecto de vida.
De forma general, una de las áreas que presentará cambios radicales por el VIH es la pareja, ya sea que ambos sean seropositivos o que sean serodiscordantes (VIH + y VIH -), es decir que solo un miembro de la pareja lo tenga. Ante esta situación, es común que aparezca la duda y la desconfianza por el desconocimiento del hecho que causó la infección, generando graves conflictos en la pareja.
Por lo tanto, el enojo, la culpa, los deseos de separación e incluso la venganza pueden aparecer, siendo estas una de las razones por las que es importante que acudan a un acompañamiento psicológico, que les permita orientar estas emociones a acciones que conduzcan al bienestar individual y/o de la pareja.
En la familia, el VIH puede impactar de diversas maneras, en específico para los hijos una noticia como esta, puede marcar el inicio de cambios en la configuración familiar, por ejemplo, que los padres tomen la decisión de separarse. Además, de acuerdo a la edad del hijo, pueden presentarse una gama de emociones muy amplias, asociadas al desarrollo de la infección y por el temor a la muerte de sus padres. Asimismo, según sea el caso, pueden presentar deseos de protegerlo y brindarle atención, aun cuando estén lejos de ellos.
Además, los padres pueden presentar culpa por no hablarle de sexo seguro a su hijo o hija, así como dudas e incertidumbre sobre como poder ayudarlo y comprender los cambios que requiere aprender en su vida para lidiar con esta condición, por ello es conveniente que acompañe a su hijo a la atención y puedan enfrentar como equipo esta situación.
Lo mas importante, es recordar que el vivir con VIH no es una sentencia de muerte y que lo que más sirve para apoyar a las personas que viven con esta infección, es hacer todo lo necesario para que puedan tener una vida “normal” con los cuidados necesarios, digna y libre de violencia de violencia y discriminación dentro y fuera de su familia.