¿Qué sería lo que más deseas para tus hijos? Que coman, que hagan la tarea, que nunca les falte nada o que sean lo que ellos quieran ser cuando sean grandes. Tal vez lo primero que no se nos viene a la mente y que integra todo lo anterior es “que sean felices” pero ¿qué es la felicidad? y sobre todo, si para nosotros los adultos es un concepto que aún no terminamos de comprender ¿cómo podemos formar un niño feliz?
La felicidad no es algo que podemos tener así porque sí, es una actitud. Como padres, debemos entender que no podemos hacer a los niños felices, pero si podemos ayudarles a encontrar dentro de ellos mismos esa felicidad, y aunque no hay una varita mágica que dote de bienestar a los pequeños; pero, existen ciertas pizcas de sentimientos y emociones que podemos ir dosificando para aderezar esa salud emocional que ayude a los niños a liberar todo su potencial, es decir, logren una infancia feliz, pues ¿qué padre no querría esto para su hijo?
Momento agridulce: niño material, no es un niño feliz
Como adultos, a veces podemos asociar el tema de la felicidad con cosas materiales: desde irse de compras, tener un coche propio, contar con lo último en tecnología para dispositivos, hasta irse de viaje o cenar en restaurantes; sin embargo, aunque no lo creamos la felicidad en la psicología infantil tiene que ver con cosas acorde a su momento de vida, es decir, algo más pequeño y cercano, desde hacer un nuevo amigo mientras está jugando en el recreo, ver con papá, mamá o hermanos su programa favorito, o hasta pisar las hojas del suelo mientras camina por la calle.
La lista puede seguir y seguir, pero si nos ponemos a pensar y ver a detalle, podremos darnos cuenta de que existen apenas cosas materiales y que a menudo nosotros como padres intentamos compensar esa “felicidad” comprando cosas (juguetes, tecnología, dulces, etc.) que muchas veces no se necesitan y que apenas les aportan una mejora en su bienestar; así, un niño feliz puede ser una persona que disfruta, que es amable, que se divierte, que sonríe, que no crea conflictos y que no daña a nadie.
En definitiva, se trata de fomentar la gratitud, el trabajo en equipo, la amabilidad, la comunicación y la inteligencia emocional para poder formar niños felices. Y, como lo dijimos en un inicio, no existe una receta de cocina que nos dé el resultado instantáneo para fomentar la felicidad en los niños, pero sí podemos aderezar esa psicología infantil con pizcas de emociones que los hagan mejorar su bienestar, tales como:
¡El ingrediente secreto! La maestría en salud física y emocional de CORA
Es normal que nos resulte complicado encontrar este dulce pastelito llamado “felicidad”; entre ser padres primerizos, la llegada de un hermano, conflictos con los padres, o simplemente no saber si se está educando y formando de forma adecuada a los hijos, pueden ser situaciones de estrés para los padres y por ende, motivos que pueden impedir el desarrollo de la felicidad en los hijos.
Es importante recordar que aunque no nos demos cuenta, los pequeños pueden imitarnos al hablar, al comer, al movernos y hasta cómo reaccionamos a ciertas situaciones. Porque queremos niños felices y que tomen el ejemplo de adultos que desarrollen entornos de bienestar emocional, en CORA abrimos nuestras puertas con servicios de atención psicológica no solo con terapia infantil para potenciar la felicidad, además, de orientación para padres de familia, psicoterapia infantil, nutrición y talleres para trabajar con tus hijos y junto a tus hijos.
Para CORA, es fundamental que los niños y niñas aprendan y sean felices, por ello, te ofrecemos consultas presenciales o en línea de psicología para niños y otros aspectos de la salud para entender sus necesidades individuales y grupales. Contamos con el reconocimiento del Fondo de Población de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, entre otras organizaciones, así ¡esperamos tenerte con nosotros para encontrar juntos el ingrediente secreto para desarrollar la felicidad!