Cuando hablamos tenemos la expectativa de que el otro nos escuche nos comprenda y sea sensible ante lo que tenemos que decir, existe un deseo profundo de que se coloque en nuestros zapatos y más allá de eso que se pueda poner en nuestra piel.
No es cuestión sencilla el lograr esto, como ser humano tenemos la responsabilidad de ofrecerla, la sensibilidad es algo fundamental que hay que desarrollar y potencializar . El ser receptivos y abrirnos a escuchar sin emitir juicios, no minimizando ni maximizando la problemática sino entendiéndola en su totalidad , no ridiculizando ni adelantandonos a opinar si no hay una demanda previa, comprender los sentimientos y pensamientos del otro nos permite aprender de él y de nosotros mismos.
La empatía nos da la posibilidad de conectar con el otro sin mezclar nuestra propia problemática y si podemos dar un consejo que nos sea pedido, será desde la plataforma del respeto, la tolerancia ,la comprensión incluso desde el amor. Beneficios ? Todos, ya que la comunicación esta presente aún en silencio, a veces lo único que necesita el otro es que estemos presentes, que podamos dar un abrazo, que le demos un lugar a su dolor , sin que sea necesario pronunciar algo, incluso desde allí comienza la empatía. Frecuencia? Siempre . Si logramos ser empáticos promovemos que el otro también lo sea, construyendo mejores relaciones con la pareja, con los hijos , con los padres, con el entorno en general.