Es común escuchar a padres en terapia que señalan que la conducta de sus hijos va de mal en peor, que han intentado muchas cosas como castigar el celular o quitarles el acceso al internet, entre muchas otras. Pero al hacerlo no pueden mantener el castigo, quizá porque en otro momento sus hijos requieren hacer uso de estos o por la culpa de los papás “de ser tan exigentes”.
Sus hijos observan esto y aprenden que la amenaza no será cumplida, o que basta un berrinche para que sus padres rompan el castigo. Esto es reforzado por nuestra cultura que apremia al castigo o la consecuencia posterior a la conducta indeseada, más que de la prevención de esta.
Privilegios, son todas aquellas cosas que no necesitan como tal, pero por gusto o por comodidad los tienen. Algunos ejemplos pueden ser: el internet, los videojuegos, las salidas continuas con los amigos, el dinero extra, Netflix, incluso los libros o juguetes caros o de colección, etc. Algunos de estos privilegios pareciera que son necesidades, pero no lo son.
Haga una lista de estos privilegios, y con algún símbolo, marca aquellos que crea que tu hijo o hija le dolería perder y se esforzaría por obtenerlos. Con otro símbolo, marque aquellos privilegios que a usted no le gustaría quitarles. Esto le permitirá identificar que privilegios son los que afectarán el desempeño adecuado de las actividades cotidianas de la familia, por ejemplo, el uso de internet para las tareas y que privilegios solo involucran a sus hijos.
El objetivo de esto es que se les pueda retirar el acceso a estos privilegios y estos sean obtenidos por sus hijos a medida que cumplan con las reglas que usted les marque.
Es recomendable no saturarlos con el 100% de las actividades que se supondría tendría que hacer, por lo que es importante que sea paciente e inicie con un 60% o 65% de todas las acciones ya que, si la totalidad de estas, su hijo o hija preferirá perder el privilegio a hacer un esfuerzo. Con el tiempo pueden ir aumentando estas actividades.
Al principio es probable que le moleste este cambio de reglas, sin embargo, de poco en poco su actitud cambiará a medida que se mantenga firme en el manejo de estos privilegios y no se deje llevar por la culpa.
En CORA te podemos ayudar a emprender esta labor con tus hijos.